La vitamina D es una vitamina muy importante con muchísimas funciones y sale a la palestra casi siempre que se indaga en cualquier patología. Esto se debe principalmente a su importancia a nivel del sistema inmune y en los sistemas muscular, óseo, nervioso y endocrino.
En este artículo explicaré a grandes rasgos la importancia de la vitamina D, sus funciones, necesidades y tipos de suplementos.
Importancia y funciones
La vitamina D se encuentra dentro del grupo de las vitaminas liposolubles aunque realmente es mucho más que eso.
Se trata de una vitamina compleja, que puede considerarse una hormona esteroidea, también algunos autores la llaman prohormona.
Una de las funciones más conocidas de la vitamina D , es su importancia en el metabolismo del calcio y el fósforo. Esta vitamina es esencial para la absorción de calcio en el intestino ya que realmente solo el 10% de la absorción del calcio es independiente de la vitamina D. Por este motivo su déficit puede provocar raquitismo en los menores y en los adultos osteomalacia.
También está implicada en el mantenimiento de la inmunidad innata, en la prevención de infecciones, enfermedades autoinmunes (como esclerosis múltiple o artritis reumatoide), numerosos tipo de cáncer, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 1 y 2, enfermedades psiquiátricas, entre otras.
Su déficit también podría estar relacionado con enfermedades en las que el dolor crónico es protagonista.
El hecho de que esté implicada en tantos aspectos relacionados con la salud puede explicarse por su unión a receptores que tenemos prácticamente por todo el cuerpo, principalmente en el intestino delgado, huesos, riñón y también en los músculos o en el páncreas, por ejemplo.
Además existen más de 200 genes cuya expresión está regulada por esta vitamina, genes que influyen por ejemplo en la proliferación y diferenciación celular, apoptosis y angiogenia. Este es uno de los motivos por los que la deficiencia de vitamina D se asocia a un aumento de la incidencia de cáncer de colon, próstata y mama de un 30-50%.
También regula el crecimiento y remodelación del tejido adiposo, y en algunos estudios se ha visto relación entre el déficit de vitamina D y la obesidad.
Necesidades de vitamina D y formas de obtenerla
Nuestro organismo necesita entre 600 y 800 unidades de esta vitamina al día. En cuanto a sus valores óptimos en sangre para la población general, estarían por encima de 30 ng/mL, mientras que los valores por debajo de 10 ng/mL se consideran deficiencia y entre 10 y 20 ng/mL, insuficiencia.
Nuestra principal fuente de vitamina D es el sol, solo un 10% de la vitamina D que obtenemos proviene de la alimentación.
Existen dos tipos de vitamina D, la vitamina D3 o colecalciferol y la vitamina D2 o ergocalciferol. La primera, la vitamina D3 es la principal fuente de vitamina D para el ser humano y es la que se sintetiza en la piel por la acción de la luz ultravioleta B (UVB) sobre el 7-dehidrocolesterol. Cuando hablamos de vitamina D en general, normalmente nos estamos refiriendo al colecalciferol.

Hoy en día por nuestro estilo de vida, al permanecer más tiempo en espacios cerrados, nos resulta más complicado sintetizar vitamina D a partir de la luz solar. Esto junto con los movimientos migratorios, el uso de protección solar y las campañas de salud pública que aconsejan evitar la exposición a la luz ultravioleta para prevenir el cáncer de piel, han hecho que aumente la prevalencia de déficit o insuficiencia de esta vitamina.
Sin embargo, aunque debemos evitar la exposición prolongada al sol especialmente cuando las radiaciones ultravioletas son elevadas, debemos saber que la luz solar tiene efectos beneficiosos para la salud independientes de la síntesis de vitamina D y que por tanto tampoco se obtendrían con la suplementación. De hecho los beneficios superarían a los riesgos.
La exposición al sol sin protección, de unos 15 minutos al día entre las 10-15 horas, teniendo el rostro y parte de los brazos al descubierto sería suficiente para garantizar la síntesis de vitamina D.
En cuanto a la alimentación la realidad es que solo está presente en cantidades significativas en el pescado azul, algunos aceites de pescado (el famoso aceite de hígado de bacalao), el hígado, las grasas de mamíferos marinos, en la yema del huevo y en productos enriquecidos en esta vitamina tales como algunas marcas de leche, zumo o cereales, por ejemplo. Por otro lado los hongos contienen ciertas cantidades de vitamina D2.
Factores que limitan la obtención de vitamina D
- Limitación de la exposición al sol
- Pigmentación de la piel: Las personas con etnia india o asiática, requieren tres veces más de tiempo de exposición solar para alcanzar el mismo nivel de vitamina D que otras de piel clara. Por otro lado las personas de piel muy pigmentada, como las de etnia afroamericana, requieren diez veces más de tiempo.
- Consumo inadecuado
- Alteraciones en el metabolismo o la absorción de vitamina D.
- Uso de protección solar
- Ir muy cubiertos de ropa
- Latitud mayor de 40º. Por encima de los 40º de latitud la forma en que inciden los rayos del sol dificulta la síntesis de vitamina D, especialmente en otoño e invierno. Este es uno de los motivos por los que en zonas soleadas la mayor parte del año, como ocurre en algunas provincias de España, la prevalencia de déficit de vitamina D es elevada.
Imagen tomada de Google
¿Deberíamos tomar suplementos de vitamina D?
Un consumo excesivo de vitamina D puede causar hipercalcemia y calcificaciones metastásicas en las partes blandas del hueso. Aunque realmente son escasos los efectos adversos de los suplementos de vitamina D en las dosis recomendadas, que como siempre deberían ser prescritas por un profesional sanitario e individualizadas. Según estos datos y nuestro estilo de vida, es probable que un futuro muy cercano todos, o la mayoría de la población, especialmente en algunas zonas geográficas, tengamos que suplementarnos con vitamina D3.
Existen muchos tipos de suplementos de vitamina D que pueden estar preparados a partir de vitamina D2 o D3. Los más recomendables serían los de vitamina D3. Los suplementos de calcitriol serían la forma de vitamina D3 activa.
Un tipo de suplemento especialmente interesante es el de vitamina D3 combinado con vitamina K, que mejora la absorción de calcio, pero debemos tener cuidado porque el exceso pude provocar daño en la función renal. Además tampoco podemos olvidar la interacción de la vitamina K con fármacos anticoagulantes como el Sintrom.
Por este motivo aunque la suplementación de vitamina D en sí misma no suele tener efectos adversos, es mejor consultar siempre con un profesional para saber si realmente nos vamos a beneficiar con su toma y para que sepamos qué tipo de suplemento es el más adecuado para nosotros.
Referencias bibliográficas
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