Estoy muy contenta con el proceso. Siempre había tenido dolores fuertes durante mi periodo y con una duración bastante larga, pero llevaba unos cuatro meses con la sensación de que era más intenso y el sangrado más abundante. Además, cada vez que me bajaba la regla se paralizaba todo por el dolor y el cansancio, éste último repercutiendo en que me sintiera cansada el resto del mes al no poder recuperarme del todo teniendo que seguir con el día a día. Por otra parte, aunque había mantenido más o menos el mismo peso que cuando adelgacé, volvía a sentirme incómoda con mi cuerpo. En una primera sesión hablamos de mis dos preocupaciones, el peso y la menstruación. Tras analíticas y pruebas que descartaron otro tipo de patologías, comenzamos una especie de investigación para buscar qué alimentos podrían ayudarme con los dolores y cuáles podrían incrementármelos, qué hábitos tenía durante la menstruación y los días previos, es decir, cómo afectaban mis hábitos a mi ciclo. Para ello me hizo un menú bisemanal muy variado y otra vez adaptado a mi tiempo para cocinar y gustos alimenticios. Fue un proceso de autoconocimiento en el que descubrí cosas cómo qué alimentos debería evitar los días previos y durante la regla, cómo debía descansar esos días y qué tipo de ejercicio me convenía hacer según en qué fase estuviera, qué complementos tomar cuando no podía tener tanto control sobre mi alimentación según las circunstancias, incluso cómo organizar mi trabajo para que el cansancio esos días no fuera un problema. Noté mejoría nada más pasar las dos primeras semanas del proceso con un seguimiento constante por su parte, y aunque el dolor no haya desaparecido del todo entiendo mejor como gestionarlo y qué puedo hacer naturalmente sin recurrir primero a la medicación. Creo que lo que aprendí son cosas que con interés podríamos ir intuyendo, pero me parece necesaria la ayuda de una profesional especializada en la salud hormonal porque nos aporta información que desconocemos y nos acompaña en el proceso de conocer cómo nuestro ciclo está presente en el día a día y no se debería ignorar, sino tomar conciencia de él y aprender cómo adaptarnos a él o qué podemos hacer para que no se convierta en un impedimento. ¡Gracias por todo Leti!